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lunes, 3 de mayo de 2010

LOCURA DE AMOR EN GRANADA















La muerte de su esposo Felipe el Hermoso volvió completamente loca a doña Juana. Para unos, el origen esta demencia fue la pasión d los celos.

Otros sostienen q Juana nunca estuvo loca, sino q la hicieron pasar por tal, a fuerza de malos tratamientos, su marido y su hijo respectivamente, para arrebatarle el cetro.

Desde el primer momento sintió doña Juana la Loca x su marido una pasión morbosa, tanto más intensa y agudiza cuanto mayores eran los desperecios y liviandades de él.....

Cuentan q cierto día departía el apuesto príncipe con varios cortesanos acerca de la aparición de un cometa en el horizonte.
-Dicen que este fenómeno presagia la muerte de algún príncipe – dijo uno.

-¡bah! – contestó Felipe, soltando la carcajada -. Guarde Dios a mi padre y a mí, y de los demás haga lo que guste.

Pocos días más tarde moría de forma inesperada. Doña Juana, que no le abandonó un instante mientras duró la breve enfermedad, negóse a reconocer la realidad.

- Mi esposo idolatrado no ha muerto – decía – : está dormido.

De no haber estado ya loca, hubiese perdido la razón ante el duro trance. Consintió que guardasen el cuerpo amadísimo en un ataúd, pero no toleró que lo enterraran, y dispuso que quedara depositada en la Cartuja burgalesa.

Y allí iba todas las semanas la doliente doña Juana. Hacía abrir el féretro, y abrazada y besaba con frenesí el cadaver putrefacto.
Tres veces hizo esto, hasta q la reina loca se decidió a emprender una larga caminata para darle tierra en el edén de Granada. Resultaba asombroso que la infeliz señora no derramase una sola lágrima. Dolíase ella de esta anomalía, que más y más aumentaba su padecer, por falta de tan natural desahogo. Y en un extraño instante de lucidez hubo de decirle a su más próxima cobicularia:
- Lloré tanto, cuando me convencí de las infidelidades de mi esposo, q el manantial de mis lágrimas quedó seco para siempre.

domingo, 2 de mayo de 2010

More about Acuerdos privados

Durante diez años Candem y Gigi, lord y lady Tremaine, han disfrutado del más perfecto de los matrimonios, basado en la cortesía, el respeto y… la distancia. Un secreto, una traición y un océano les separan desde el día siguiente de su enlace. Gigi vive en la hermosa mansión londinense de la pareja, mientras que Candem se ha establecido en Nueva York. Ninguno se inmiscuye en la vida del otro. Es un arreglo que no podría resultar más ideal y civilizado a los ojos de la alta sociedad victoriana, aunque nadie sepa qué pudo ocurrir para acabar con el apasionado amor que había existido entre ellos.

Ahora las cosas van a cambiar. Gigi es una mujer inteligente, sofisticada, rica y muy dueña de sí misma. Ha decidido aferrarse a su última oportunidad para ser feliz y aceptar la propuesta de matrimonio de su pretendiente, lord Frederick, un joven pintor. Por ello escribe a su marido enviándole los papeles del divorcio. Pero, en vez de devolvérselos firmados, Candem se presenta un día ante la puerta de la mansión londinense para proponerle un trato: él le concederá el divorcio —después de todo, ya no se aman, ¿cierto?—, pero antes Gigi debe darle un hijo, un heredero. Si ella no acepta, él no accederá al divorcio. Y Gigi acepta, pero imponiéndole el plazo de un año.

Un año en el que se agolpan los recuerdos de la pasión que una vez les unió y el desengaño que les apartó, un año en el que se desvelan secretos largamente guardados, un año en el que el deseo surge de nuevo aun en contra de los sentimientos, y un año en el que ambos deberán decidir si la pareja más admirada de todo Londres quiere volver a enamorarse… o separarse para siempre.




Con buen sabor de boca me ha dejado esta novela, trayendo un soplo de aire fresco a este tipo de novela, con una trama distinta, historia de segundas oportunidades (con la que nos sentimos a veces mas que identificados),una narración alternando entre pasado y presente (gran punto positivo)y unos buenos diálogos.
El punto en contra, demasiado corta.

.. Adelante.. no te entretengas.. sigue el sendero.........


422
Todo el pasado se quiere apoderar de mí
y yo me quiero apoderar del futuro,
me dislocan la cabeza para que mire atrás
y yo quiero mirar adelante.
No me asustan la soledad y el silencio,
son los lugares preferidos de Dios
para manifestarse.
Mi eterna gratitud a los que me quieren,
siempre les recordaré a la hora del sol.
No puedo detenerme,
perdonad, tengo prisa,
soy un río de fuerza, si me detengo
moriré ahogada en mi propio remanso.

Escrito por Gloria Fuertes

ECO Y NARCISO



















..Eco merece una digresión. Su alegría y parlachinería cautivaron a Júpiter; sorprendidos en adulterio por Juno, castigóla ésta a que jamás podría hablar por completo; su boca no pronunciaría sino las últimas sílabas de aquello que quisiera expresar. Pues bien, viendo Eco a Narciso quedó enamorada de él y le fue siguiendo, pero sin que él se diera cuenta. Al fin decide acercársele y exponerle con ardiente palabrería su pasión. Pero.. ¿Cómo podrá si las palabras le faltan? Por fortuna, la ocasión le fue propicia. Encontrándose solo el mancebo, desea darse cuenta de por dónde pueden caminar sus acompañantes y grita: "¿Quién está aquí?" Eco repite las últimas palabras "... está aquí". Maravillado queda Narciso de esta voz dulcísima de quien no ve. Vuelve a gritar: "¿por qué me huyes?" Eco repite: "... me huyes". Y Narciso: "¡juntémonos!" Y Eco: "...juntémonos". Por fin se encuentran. Eco abraza al ya desilusionado mancebo. Y éste dice terriblemente frío: " No pensarás que yo te amo..." Y Eco repite, acongojada: "...yo te amo". "¡Permitan los dioses soberanos -grita él- que antes la muerte me deshaga que tú goces de mí!"
Huyó, implacable, Narciso. Y la ninfa así menospreciada, se refugió en lo más solitario de los bosques. La consumía su terrible pasión. Deliraba. Se enfurecía. Y pensó: "¡ojalá cuando él ame como yo amo, se desespere como me desespero yo!"
Némesis, diosa de la venganza -y a veces de la justicia- escuchó su ruego. En un valle encantador había una fuente de agua extremadamente clara, que jamás había sido enturbiada ni por el cieno ni por los hocicos de los ganados. A esa fuente llegó Narciso, y habiéndose tumbado en el césped para beber, Cupido le clavó, por la espalda, su flecha... Lo primero que vio Narciso fue su propia imagen, reflejada en el propio cristal. Insensatamente creyó que aquel rostro hermosísimo que contemplaba era de un ser real , ajeno a sí mismo. Sí, él estaba enamorado de aquellos ojos que relucían como luceros, de aquellos cabellos dignos de Apolo. El objeto de su amor era... él mismo. ¡ Y deseaba poseerse! Pareció enloquecer... ¡No encontraba boca para besar! Como una voz en su interior le reprochó: "¡insensato!" "¿cómo te has enamorado de un vano fantasma? Tu pasión es una quimera, retírate de esa fuente y verás como la imagen desaparece. Y, sin embargo, contigo está, contigo ha venido, se va contigo... ¡y no la poseerás jamás!."
Alzó los brazos al cielo Narciso. Llorando. Tiróse los cabellos. Y gritó, blasfemo así: "Decidme selvas, vosotras que habéis sido testigo de tantos idilios apasionados... ¿por qué el amor es tan cruel para mí? Hace siglos que existís; decidme ¿visteis nunca un amor obligado a sufrir designios más rudos? Yo veo al objeto de mi pasión y no le puedo encontrar. No me separan de él ni los mares enormes, ni los senderos inaccesibles, ni las montañas, ni los bosques. El agua de una fontana me lo presenta consumido del mismo deseo que a mí me consume. ¡Oh pasión mía! ¡quienquiera que seáis, aproximaos a mí como a vos me aproximo! ¡Ni mi juventud ni mi belleza son causas para vuestro temor! Yo desdeñe el amor de todas las ninfas... No tengáis para mí el mismo desdén. Pero ¿si me amáis, por qué os sirvo de burla? Os tiendo mis brazos y me tendéis los vuestros. Os acerco mi boca y vuestros labios se me ofrecen. ¿Por qué permanecer más tiempo en el error? Debe ser mi propia imagen la que me engaña. Me amo a mí mismo. Atizo el mismo fuego que me devora. ¿Qué será mejor: pedir o que me pidan? ¡Desdichado de mí que no puedo separarme de mí mismo! A mí me pueden amar otros, pero yo no me puedo amar...¡Ay! El dolor comienza a desanimarme. Mis fuerzas disminuyen. Voy a morir en la flor de la edad. Mas no ha de aterrarme la muerte liberadora de todos mis tormentos. Moriría triste si hubiera de sobrevivirme el objeto de mi pasión. Pero bien entiendo que vamos a perder dos almas una sola vida."
Dicho esto, tornó Narciso a contemplarse en la misma fuente. Y lloró, ebrio de pasión, ante su propia imagen. Volvió a traslucir frases entrecortadas... ¿Quién? ¿Narciso? ¿Su imagen llorosa? "¿por qué me huyes? Espérame, eres la única persona a quien yo adoro. El placer de verte es el único que queda a tu desventurado amante."

KLIMT

GUSTAV KLIMT es uno de mis pintores preferidos, la verdad es que no es necesario explicar el porqué, ya que sólo teneis que observar las imagenes que os ofrezco aquí abajo:

Klimt también fue famoso por representar mujeres desnudas en sus pinturas, siguiendo el criterio delart nouveau, ilustrándolas etéreas y seguras, casi como sirenas rodeadas de flores y oro. A veces, jugaban el papel de arpías. Sus modelos eran generalmente mujeres que pertenecían a la burguesía vienesa, pero también tenía un séquito de mujeres prostitutas o de vida humilde que le servían de musas. El tema que trata en la mayoría sus cuadros es la sexualidad femenina.
Características reconocibles del art nouveau:
- La inspiración en la naturaleza y el uso profuso de elementos de origen natural pero con preferencia en los vegetales y las formas redondeadas de tipo orgánico entrelazándose con el motivo central.
- El uso de la línea curva y la asimetría, tanto en las plantas y alzados de los edificios como en la decoración.
- Hay también una tendencia a la estilización de los motivos, siendo menos frecuente la representación estrictamente realista de éstos.
- Una fuerte tendencia al uso de imágenes femeninas, las cuales se muestran en actitudes delicadas y gráciles, con un aprovechamiento generoso de las ondas en los cabellos y los pliegues de las vestimentas.
- Una actitud tendente a la sensualidad y a la complacencia de los sentidos, con un guiño hacia loerótico en algunos casos.
- La libertad en el uso de motivos de tipo exótico, sean éstos de pura fantasía o con inspiración en distintas culturas lejanas o antiguas.